Decorados terroríficos, cuchillos ensangrentados, velas encendidas y calabazas de ojos negros y sonrisa burlona. Esto es el día del miedo. Nosotros nos seguimos negando a llamarlo Halloween. Es una fiesta ya tradicional en el colegio y además de darnos unos cuantos sustos (en las fotos vemos a los alumnos y alumnas de 6º disfrutando de lo lindo), escuchamos historias de miedo en la biblioteca preparadas magistralmente por un grupo de madres.
Y, claro está, el monte de las ánimas, donde hasta la sangre se congela...